Es normal que los bebés en los primeros meses de vida se despierten varias veces durante la noche a tener tomas nocturnas, esto es lo esperado, es importante y hay razones fisiológicas detrás. Por la composición de la leche materna que es baja en grasas y proteínas y rica en carbohidratos el proceso de saciedad es más corto, además la leche contiene proteínas con efecto antimicrobiano y actividad probiótica que promueven el desarrollo de una flora intestinal saludable y a su vez facilita y agiliza la digestión. Las tomas frecuentes van a asegurar la saciedad del bebé y el correcto desarrollo.

Por otro lado, las tomas nocturnas también van a beneficiar a la madre, ya que la ayudarán a mantener los niveles adecuados de producción de leche. Es decir, el volumen de leche producido está regulado por la demanda del bebé.

Muchos pensarán que por las tomas nocturnas se ve afectado el sueño de la madre y del bebé. Sin embargo, estudios han demostrado que las madres y los bebés que practican lactancia materna duermen mejor que los que utilizan leche de fórmula y se ha encontrado que ambos tienen un porcentaje mayor de sueño de ondas lentas, el sueño profundo y reparador. También, la lactancia materna se ha relacionado con más horas de sueño para la madre, aunque parezca lo contrario.

Otro punto importante es que los bebés alimentados con leche materna tienen menos episodios de llanto y cólicos. Esto está relacionado con la melatonina (hormona del sueño) que funciona como un relajante muscular por lo que disminuye la actividad intestinal, relaja las células del intestino y previene los cólicos. También, la melatonina va a ayudar a sincronizar el reloj interno del bebé y a establecer un mejor sueño durante la noche.